Historias personales

De las relaciones con la gente me fascina ese momento en que vas descubriendo lo que hay detrás de una persona. Sus historias personales.

Al comienzo, cuando no sabes nada de alguien, sólo es esa cara que compartes. Un lado del cubo. En plano.

El lado del trabajo, el lado del bar, el lado de la clase!

El que un lado se convierta en cuatro depende de muchas cosas. Una de ellas podría ser lo curioso que se sea por saber de los demás. Y no es curiosidad “tomate”, es interés por el otro! Ganas de acercarte más a esa persona! He encontrado gente que es capaz de no implicarse de esa manera, es decir, que pueden prescindir de la historia de los demás, tan sobrados van con la suya propia!  No es mi caso.

Tiene algo de mágico ese tránsito entre aquello que habías dibujado mentalmente de esa persona a lo que realmente es y hay detrás de ella. De algunas ni siquiera te haces una composición, ni juegas a imaginar qué se esconde detrás. Es simplemente esa compañera de trabajo con la que compartes desayunos y charlas vacuas, de las de todo un poco! Pero de repente un día traspasas la línea y como en el juego de la oca, con 4 preguntas, adelantas unas cuantas casillas y te ves envuelta en su historia personal.

Y entonces la visión de esa persona se te hace diferente, en 5 minutos ya la ves con otros ojos! Y pasa a ser «sólo» compañera, a ser madre, a hermana o hija!

Todo es como un puzzle, te van dando piezas sueltas y poco a poco, a las que tú no le encuentras mucho sentido, pero de repente cuando haces las 4 preguntas todas las piezas encajan.

Supongo que esto me pasa porque soy curiosa y me apasionan las “historias personales” que todos llevamos!

Las mochilas de la gente! Algunas, como las de esta compañera, son muy pesadas!

Y es entonces cuando valoras aún más que la tuya sea tan ligera, que lo mires por dónde lo mires, hasta ahora haya sido tan fácil vivir!